Empezamos diciembre, ya estamos a fin del año, y siempre para ésta época comienzan los planteos y cuestionamientos.

Independientemente si hiciste una lista de deseos u objetivos a cumplir en el 2020, empezás a preguntarte si hiciste todo lo que te habías propuesto a nivel salud, educación, social, profesional, familiar… Y al pensar la respuesta, es probable que te invadan sentimientos contradictorios.

El telón de fondo de éste 2020 ha sido la pandemia como tema central. Por eso te digo que atravesaste el desafío más importante: ¡llegaste y llegaste vivo o viva a este momento!. Y probablemente con síntomas de estrés y agotamiento. Con el sueño alterado y con cierta tristeza. Es por todo esto que te sugiero que te trates “amorosamente”. De la misma manera que tratarías a un niño o niña que ha pasado por una experiencia traumática.

• Abrazalo/a – abrazate
• Respirá profundamente y exhalá, hacelo varias veces
• Agradecé a tu Dios, a tu ser superior, al universo, agradecete a vos mismo/a
• Desconectá tu propia exigencia, lo hiciste bien, ¡llegaste!

A mis pacientes y consultantes suelo mencionarles el tener un “botiquín de primeros auxilios” al que acudir siempre que lo necesitemos.

Te acerco algunos ejercicios que podrás sumar a tu botiquín si es que aún no los tienes:

* Cerrar los ojos y respirar

* Escuchar música suave

* Salir a caminar

* Hablar con aquellas personas con las que tienes feedback

* Realizar meditaciones guiadas breves

* Y por la noche, agradecer por el día vivido

Tratate con dulzura y reconocé el ser maravilloso que sos en este momento.